jueves, 4 de mayo de 2017

Los abusos conocidos de la banca se multiplican



Por Andreu Missé
El diario.es, 04/05/2017.

Sabemos muy poco de la banca. Las quiebras bancarias siempre han cogido por sorpresa a las autoridades y, sobre todo, a los consumidores, que generalmente han sido los grandes perjudicados por los abusos financieros. Lo que ha ocurrido en España con la última crisis resulta de muy difícil digestión. Ver cómo al mismo tiempo que se han destinado 60.000 millones de dinero público (de los que ya se dan por perdidos 40.000) a salvar cajas y bancos, el Estado no ha dedicado ni un solo céntimo a facilitar una vivienda a los cientos de miles de desahuciados merece la mayor repulsa.

Lo más inquietante es que los desahucios continúan. El Gobierno no cesa de cacarear que la crisis ha pasado y que ya ha llegado la recuperación. Pero hay una parte de la población que sigue siendo golpeada. Las expulsiones de los domicilios han disminuido, pero siguen ejecutándose a un ritmo humanamente insoportable desde cualquier punto de vista. El año pasado se efectuaron  60.000 desahucios, según el Consejo General del Poder Judicial, de los que un 56% eran alquileres y el 44% restante correspondieron a titulares de hipotecas. El Banco de España da unas cifras menores, pero también abrumadoras. Lo más repugnante es que muchos de los pisos que ha recuperado la banca siguen vacíos y se mantienen cerrados con una puerta de hierro, lo cual refleja escasas posibilidades de su utilización.

Sin duda, los mayores perjudicados por la crisis son quienes han perdido el empleo, y de manera especial los que junto a sus hijos se han visto expulsados de sus casas como consecuencia de haberse quedado sin trabajo. Pero hay más. Durante los últimos años hemos visto cómo se ponía al descubierto una gran variedad de abusos bancarios cuya lista es cada vez más angustiosa. Cientos de miles de familias que cayeron en la trampa de las participaciones preferentes o de las obligaciones subordinadas sufrieron una quita significativa de los ahorros que habían reunido después de toda una vida de trabajo. Los daños para la salud de los afectados, incluso para los que recuperaron sus ahorros, son irreparables como ha demostrado la investigación de Finsalud.

La pluralidad de abusos bancarios no cesa de crecer. En los últimos meses han adquirido más relevancia las cláusulas suelo, con más de 1,5 millones de afectados. Estas cláusulas, en su mayoría abusivas e ilícitas, son disposiciones en las hipotecas que impiden a los consumidores beneficiarse de la bajada generalizada de los tipos de interés. Gracias a la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) del pasado diciembre, los afectados pueden recuperar todo el dinero cobrado de más. En algunos casos, si no hubieran existido estas cláusulas, muchos titulares de hipotecas hubieran podido pagar sus cuotas mensuales, mucho más reducidas, y habrían conservado su casa.

El papel que ha jugado el Gobierno en todo este litigio ha sido vergonzoso, con una posición explícita a favor de la banca y en contra de los ciudadanos. Hace menos de un año y medio el Gobierno alertó del riesgo de "trastornos graves" sobre el sistema bancario español si se exigía a las entidades financieras la devolución íntegra de lo cobrado de más por las cláusulas suelo a los afectados. Se estimaba entonces que la factura podría ser de entre 7.600 y 9.700 millones de euros, cantidades supuestamente insoportables para la banca. En pocos meses se ha comprobado la falta de fundamento de estos temores. La banca acaba de reconocer un aumento de sus ganancias del 28% en los primeros tres meses de 2017.

Junto a las cláusulas suelo han aparecido otras muchas malas prácticas bancarias, como los gastos de hipoteca cobrados indebidamente a los consumidores; los intereses moratorios excesivos; los contratos de permuta financiera o swaps, que han arruinado a muchas empresas; las inversiones frustradas en casas que no se construyeron; las hipotecas referenciadas con IRPH; las hipotecas multidivisas; hipotecas tranquilidad; titulizaciones de hipotecas; Valores Santander; productos estructurados y comisiones abusivas entre otros. El doctor Carlos Ballugera, registrador de la propiedad, ha agrupado más de 80 posibles cláusulas abusivas en los contratos bancarios.

Después del libro La gran estafa de las preferentes, publicado el año pasado, en Alternativas Económicas estamos preparando un nuevo trabajo sobre el impacto social de las cláusulas suelo y toda esta maraña de malas prácticas y disposiciones abusivas presentes en los contratos bancarios. Esta es una gran tarea en la que están muy implicadas las asociaciones de consumidores y usuarios, las plataformas de afectados y especialmente la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, (PAH).

Los ciudadanos cuentan con el estimable apoyo de muchos abogados, periodistas y jueces y, sobre todo, con el soporte del TJUE de Luxemburgo, que ha dictado más de una decena de sentencias que son esenciales para la recuperación de los derechos ciudadanos en el campo de la vivienda y el ahorro. Muchas de estas sentencias ya han provocado reformas de la legislación española, una de más retrógradas de Europa en materia de derechos de los consumidores. Pero estas reformas siguen siendo muy insuficientes. La tarea más urgente ahora es profundizar en el conocimiento de todos estos abusos para facilitar la tarea a los legisladores. Hay que tener en cuenta que en esta labor el Gobierno no ha dejado de actuar como gran defensor de la banca, como demostró el pasado enero con la aprobación de un decreto que supone un nuevo retraso a la devolución total de lo cobrado indebidamente mediante las cláusulas suelo por las entidades financieras.

Gracias a lectores como tú esperamos publicar nuestro nuevo libro en los próximos meses.

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