Público.es,
04/07/2017.
El Banco Popular llevó en secreto durante años una política
que sólo cabe definir como suicida: con el objetivo de ocultar su morosidad en
los peores años de la crisis, la entidad financiera puso en marcha entre sus
clientes masivas refinanciaciones de créditos hipotecarios que, según los
últimos cálculos, han elevado esa morosidad hasta el 20%.
Bajo la presidencia de Ángel Ron, el Banco Popular buscó a
toda costa la morosidad cero y para ello llevo a cabo una política de
refinanciaciones que se conoce como la patada adelante. La web vozpopuli.com
recoge la denuncia de un empleado de una sucursal del Popular en Sevilla que
cuenta cómo a miles de clientes se les refinanció su deuda con el banco cuando
ya no podían pagarla para que no entraran en la lista de morosos.
El Banco trató de contener la morosidad cuando explotó la
burbuja inmobiliaria a base de refinanciar créditos e hipotecas entre sus
clientes, ya fueran particulares o empresas. No quería que sus clientes
entraran en la lista de moroso y subiera así la tasa de morosidad de la
entidad.
Quizá lo mejor sea ilustrarlo con un ejemplo: un cliente
tiene una hipoteca de 150.000 por la que tenía que pagar una cuota de 600 euros
al mes; el cliente se queda en paro y deja de pagar; entonces el Popular le
daba a este cliente una segunda hipoteca en el año 2009 o en 2010 en la que
sólo se le cobraban los intereses y las comisiones, pero como el cliente seguía
sin poder pagar se le otorgaba una tercera e incluso una cuarta hipoteca con
una carencia hasta 2013. En todas estas operaciones, los intereses (que se
pagaba el Popular a sí mismo, puesto que el cliente no devolvía nada de su
dinero) se incluían en los márgenes y los beneficios. Sin embargo, lo que al
principio era una deuda de 150.000 acababa, por lo menos, duplicándose. El
cliente no se quejaba: no le integraban en una lista de morosos y no perdía su
casa. Sin embargo, la tasa de morosidad se disparaba aunque se ocultara.
Este sistema empezó a venirse abajo en 2013 cuando el Banco
Popular tuvo que pasar a dudosos buena parte de sus créditos refinanciados. La
mayor vigilancia del BCE tras la unión bancaria en la UE y la bajada de los
tipos interés dejó al Popular sin margen ni beneficios para hacer nuevas
provisiones. Por resumirlo: se quedó a la intemperie, hasta que no hubo más
remedio que acudir en su rescate.
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