Por Andreu Missé
El diario.es,
06/07/2017.
La debacle del Banco Popular, con más de 300.000 perjudicados
que han perdido todo su dinero, nos lleva a evocar la estafa de la salida a
bolsa de Bankia en 2010, una operación que atrapó a 347.000 accionistas, la
inmensa mayoría ahorradores de las antiguas cajas de ahorros que la
constituyeron. También ahora la mayoría de accionistas del Popular forman parte
de su clientela. Muchos de los que adquirieron acciones estuvieron
condicionados por la renovación de los créditos del banco o eran empleados de
la entidad.
En el caso del banco presidido por Rodrigo Rato, las
sentencias judiciales, incluidas las del Tribunal Supremo, forzaron a la
entidad a devolver el dinero invertido por los clientes para ahorrarse costes
mayores. No había precedentes internacionales de que un banco devolviera el
capital a los inversores en una oferta pública de suscripción (OPS).
Los jueces fundamentaron sus decisiones en "las
inexactitudes del folleto de oferta pública". La realidad final de las
cuentas de Bankia la hemos conocido recientemente gracias al extraordinario
trabajo pericial de los inspectores del Banco de España Antonio Busquets y
Víctor Jesús Sánchez Nogueras. Sorprende la escasa trascendencia que ha tenido
este fenomenal tercer informe elaborado por estos peritos, en el que ratifican
sus conclusiones sobre la falsedad de la información contable de la entidad,
que ya habían detectado en sus trabajos previos de 2014 y 2016, pero que en
esta ocasión expresan con una contundencia demoledora.
Busquets y Sánchez mencionan en sus conclusiones 17
falsedades de los distintos aspectos de la contabilidad de Bankia. Cabe
destacar afirmaciones como las siguientes: "Las cuentas anuales de Caja de
Ahorros de Valencia, Castellón y Alicante, Bancaja de 2010, (...) auditadas por
Deloitte con opinión favorable, son falsas"; "las cuentas anuales de
la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid de 2010 (...), auditadas por
Deloitte con opinión favorable, son falsas"; "las cuentas anuales
consolidadas de Banco Financiero y Ahorros (Grupo BFA) de 2010, auditadas por
Deloitte con opinión favorable, son falsas"; "es falsa la información
contable contenida en el Folleto de emisión para la salida a bolsa de
Bankia"; "las cuentas anuales de Bankia de 2011 formuladas en 28 de
marzo de 2012 son falsas"; "las cuentas anuales consolidadas de
Bankia de 2011 reformuladas en 25 de mayo de 2012, auditadas por Deloitte con
opinión favorable, son falsas".
Y así hasta un total de 17 manifestaciones categóricas de
las falsedades halladas en la contabilidad de Bankia y las entidades que la
constituyeron. Los peritos señalan además las contradicciones de Deloitte entre
los criterios aplicados en el caso y los que sostenía la guía de la propia
auditora elaborada en 2009.
La sombra de Bankia planea sobre la crisis del Popular por
todas las esquinas. Buena parte del aluvión de demandas que se cuece contra
este banco se centrará en la ampliación de capital de 2016 ante las sospechas
de que la contabilidad del folleto no reflejaba la imagen fiel de la entidad,
el mismo argumento empleado en la salida a bolsa de Bankia. El Banco Popular
corrigió sus cuentas el pasado abril, decisión que provocó el primer anuncio de
acciones legales por parte de abogados de Estados Unidos.
También es significativo que Deloitte, el cuestionado
auditor de Bankia, haya sido el autor del sorprendente informe elaborado
contrarreloj en cinco días, que estimó que el Banco Popular tenía un valor
negativo que situó entre -2.000 y -8.200 millones de euros, cuando su valor
contable era de 12.000 millones y tuvo un valor positivo en bolsa hasta el
último minuto. Un informe que sirvió de base para su intervención y posterior
adjudicación al Banco Santander por 1 euro.
España, conejillo de
indias
España vuelve a ser el conejillo de Indias en la aplicación
de la normativa europea en materia bancaria, que siempre ha causado graves
perjuicios a los inversores. Ya ocurrió en 2013, cuando el Gobierno de Rajoy
aplicó duras quitas a las participaciones preferentes y aún no estaba vigente
esta exigencia en la normativa comunitaria. Ahora España ha inaugurado el
sistema europeo de resolución bancaria con una decisión precipitada y total
falta de transparencia que contrasta con el método aplicado en Italia en la
crisis del Banco Popolare de Vicenza y Veneto Banca con resultados menos
dramáticos.
La debacle del Popular ha acabado con otros de los mitos de
esta crisis: que todo había sido un problema de las cajas. Ya van tres bancos:
Banco de Valencia, Banco Gallego y Banco Popular.
Otro falso mito es que esta crisis se ha resuelto sin costes
para los contribuyentes. Se oculta que el Santander se llevará más de 4.000
millones de créditos fiscales que tenía en su balance el Popular, más otra
cuantía similar por las pérdidas asumidas en la operación. En la pasada crisis
bancaria los bancos obtuvieron 40.000 millones de créditos fiscales. Son
impuestos que dejaron de pagar.
Después del paro, la inestabilidad del sistema financiero
sigue siendo el problema más serio del país. La incapacidad de las autoridades
para la autocrítica sobre cómo han gestionado la crisis, como ha puesto de
manifiesto Aristóbulo de Juan, el mayor experto del país, muestran que la
crisis financiera y sus secuelas todavía no han acabado.
Disponible en:
No hay comentarios:
Publicar un comentario