Por Josep Vendrell /
Daniel Munevar / Sergi Cutillas
Contexto.es, 24/06/2017
Los responsables políticos, los supervisores y los agentes
privados que participaron en el proceso de liquidación de la entidad deben
responder a una serie de cuestiones para disipar las sospechas de una
bancarrota fraudulenta.
1. La noche del 6 de junio el Banco Popular, una de las
entidades financieras más antiguas del Estado fue vendida por un euro al Banco
Santander después de dos semanas de desgaste en los mercados bursátiles y de
huidas de depósitos que acabaron con su liquidez.
2. La caída del Popular y venta a su competidor el Santander
está llena de aspectos extraordinarios que nos dejan muchas preguntas sin
resolver.
3. El primero es que es difícil comprender cómo un banco que
pasó los test de estrés de la Asociación Bancario Europea publicados en julio
de 2016 con bastante comodidad con un ratio de capital CET1 del 13,1% y un
ratio CET1 en escenario adverso del 7,01% (cabe recordar que el mínimo
requerido es del 4,5%) pudo sufrir tal desgaste en los mercados los últimos
doce meses. Además de superar estas pruebas, el banco llevó a cabo una
ampliación de capital en mayo de 2016 de 2.500 millones de euros.
4. Sin embargo a pesar de estos resultados en el segundo
semestre del mismo año empezaron a surgir rumores de que el banco no iba bien y
que quizás debía ser vendido. Su entonces presidente, Ángel Ron, afirmaba por
activa y por pasiva –y continúa haciéndolo-- que el banco era solvente y fue
solvente hasta el día de su liquidación y que estos rumores, según él surgidos
del mismo consejo, eran malintencionados e interesados (ABC, 11/06).
Afirmaciones en este mismo sentido fueron hechas por el Gobernador del Banco de
España Linde hace pocos días (El Confidencial, 20/6). Esos rumores hicieron que
el valor de la acción iniciara una tendencia bajista en bolsa. En diciembre del
mismo año Ron fue destituido.
5. Hasta entrado febrero de 2017, poco después de que se
anunciaran unas pérdidas de 3.500 millones para 2016, Ron no es reemplazado por
Emilio Saracho creador en el pasado de la sección de banca de inversión del
Banco Santander. Saracho, especializado en banca de inversión, no tenía ninguna
experiencia en banca comercial, caracterizada por generar beneficios a través
de actividades de ampliación de capital, fusiones y absorciones. Los meses de
vacío en la dirección del banco continuaron desgastando la reputación y el
valor del banco. ¿Por qué se elige a un banquero de inversión experto en
fusiones y adquisiciones y exbanquero del Santander para reflotar un banco
comercial muy centrado en la actividad minorista y de pequeña y mediana
empresa?
6. En abril una auditoría de Price Waterhouse Coopers revela
que las últimas cuentas del Popular presentaban errores contables, por lo que
se necesitaban más provisiones por valor de 600 millones de euros. Su consejero
delegado Pedro Larena dimite debido a los resultados de esta auditoría, aunque
alega motivos personales para dejar el cargo. En ese momento se publican
opiniones de diversos analistas que ponen en duda el nivel de provisionamiento
del Popular, afirmando que el banco necesitaría otra recapitalización de más de
4.000 millones de euros, a pesar que los resultados de la auditoría continuaban
otorgándole un ratio de capital por encima del requerido por la regulación
(Daragh Quinn, de Keefe, Bruyette & Woods; FT 3/04). Pocos días después
(10/04) en el Consejo, el nuevo presidente declara que “el consenso general es
claro: necesitamos una ampliación de capital para salir adelante.” Saracho
también admite que existe la posibilidad de vender el banco a un competidor,
pero no aclara sobre cuál es el plan concreto para mantener el banco a flote.
Al día siguiente el valor de la acción cayó un 9%, la agencia Moody’s bajó la
calificación crediticia de la deuda senior del banco en dos grados. En los
siguientes cuatro días el banco perdería un cuarto de su valor en bolsa ¿de
dónde salen las evaluaciones que hacen pensar a Saracho que el banco debe ser
vendido, dado que las auditorías y los test de estrés dicen lo contrario?
7. El 5 mayo se presentan los resultados del primer
trimestre, con pérdidas de 137 millones de euros. Ese mismo día, según El
Confidencial, Saracho toma la decisión de encargar la venta del banco a JP
Morgan y Lazard, según este periódico, por riesgo de quiebra dada la constante
huida de depósitos. Es interesante constatar que a pesar del alarmismo de El
Confidencial y del propio presidente del banco de marzo de 2016 a marzo de 2017
la caída en los depósitos del banco fue solo del 3,1% según Thomson Reuters,
manteniéndose cómodamente 77.300 millones de euros. De hecho, en el mes de
marzo el banco recupera 1.000 millones de euros en depósitos. Si el banco era
solvente y la huida de depósitos era el único factor que ponía en riesgo la
solvencia del banco, huida que se inició con la entrada de Saracho ¿por qué la
gestión del mismo Saracho y los continuos anuncios públicos no se dirigen a
fortalecer la confianza en el banco sino todo lo contrario?
8. De la misma guisa el día 16 de mayo el Popular declara
que ha sido contactado por distintos compradores potenciales pero manteniendo
un nivel alto de inconcreción respecto al futuro de la entidad, como ya ocurrió
a principios de abril. El día 31 de mayo Reuters reporta que la presidenta de
la Junta Única de Resolución (el organismo encargado de decidir sobre procesos
de resolución y liquidación bancaria a nivel europeo), Elke König avisó a las
autoridades europeas de que el Popular “podría ser liquidado si no encuentra
compradores”. Este momento se podría identificar como el punto de inflexión en
el que el Popular inicia su vía crucis. Cabe repetir que hasta ese momento
tanto los test de estrés publicados en 2016 como la auditoría encargada por la
nueva presidencia afirmaban que el banco era solvente. También sabemos que a
marzo de 2016 los depósitos estaban casi al mismo nivel que en el mismo mes del
año anterior, por lo que también gozaba de liquidez. Las afirmaciones de la
alta funcionaria de la UE Elke König del 31 de mayo infligieron un daño
tremendo en el valor de la acción en los mercados, que cayó hasta su
liquidación el día 7 de junio por la mañana. ¿Con qué fundamentos König hace
tales afirmaciones?
9. El día 5 de junio el Popular solicita 2.000 millones en
ELA (liquidez de emergencia del Banco Central Europeo). Al día siguiente
solicita otros 1.600 millones, pero se le deniega superar los 3.500 millones en
total, a pesar de ofrecer 40.000 millones en activos como garantía, lo cual
supone que al colateral ofrecido se le aplica el 91% de quita, un porcentaje
extraordinario nunca aplicado anteriormente. En el peor momento de la crisis
griega la quita sobre el colateral de los bancos griegos para proveerlos de
liquidez a través del ELA llegó a 60%, porcentaje que ahogó a los bancos
griegos y por el que hubo de aplicarse los controles de capitales. ¿Cuál es el
criterio para aplicar tal quita si en principio el banco cumplía con sus
requerimientos regulatorios de liquidez?
10. Siguiendo la misma línea argumental, el control de la
liquidez de un banco por parte de los supervisores se realiza por medio del
Liquidity Coverage Ratio (LCR). Su cálculo se lleva a cabo teniendo en cuenta
los activos líquidos de alta calidad con los que cuenta un banco y las
necesidades de liquidez que enfrenta la institución en los siguientes treinta
días. La regulación establece que este indicador tiene que permanecer por
encima del 100% y comunicarse diariamente a los reguladores. A marzo de 2017,
Popular presentaba uno de los tres indicadores más altos en España con un ratio
de 140%. Si el Popular se quedó sin activos de calidad para solicitar liquidez
el día 6 por la tarde esto quiere decir que el banco llegó a tener un LCR
cercano a cero, por lo que habría superado el límite del 100% mucho antes del
fin de semana anterior ¿Cuál era el LCR de Popular el día 3 de junio? ¿Acaso
dejaron las autoridades que el Popular abriera sus puertas el lunes con pleno
conocimiento de que el banco ya estaba por debajo de los requerimientos
mínimos?
11. El mismo día 6 el BCE declaró que el Popular “quebrará o
es probable que quiebre”. A finales del primer cuarto de 2017, el banco
presentaba un ratio de capital CET1 del 10%, muy por encima del mínimo del 4,5%
¿Cómo se llevó a cabo la valoración de los activos en la hoja de balance de
Popular en la cual se basó la decisión del BCE de declarar al banco insolvente
o a punto de serlo?
12. La Junta de Resolución Bancaria pone en marcha una
subasta exprés esa misma noche al cierre de los mercados, basándose en un
informe de un experto independiente, que afirma que su valor es de entre 8.200
y 2.000 millones negativos. A marzo de 2017 Popular estimaba que su patrimonio
neto superaba los 11.000 millones de euros. Ello representa una diferencia de
al menos 13.000 millones y un máximo de 20.000 millones entre la evaluación
interna y la externa. Si Popular estaba maquillando las cuentas, ¿cómo es
posible que los reguladores no hubieran detectado la escala del problema en los
test de estrés?
13. Después sabremos que el experto independiente es la
compañía auditora Deloitte y que la valoración se realizó aplicando un
coeficiente de aprovisionamiento del 69% sobre la cartera de activos
problemáticos, cuando la media de aprovisionamiento medio de tales activos en
el sistema bancario español no supera el 50%. Según los parámetros aplicados
por Deloitte toda la banca española tendría un patrimonio negativo y estaría en
quiebra como el Popular. ¿Qué criterios toma Deloitte para hacer tal valoración,
que no corresponden para nada con las cuentas auditadas del Popular ni con los
test de estrés?
14. El banco es vendido el día 7 por la mañana al Banco
Santander por 1 euro. Justo antes del cierre de mercado del día 6 (17:36) se
realizan 12,5 millones de transacciones, y el valor de la acción cae un 3%. Al
abrir el mercado (9:01) hay 7,8 millones de transacciones y la acción rebota.
¿Qué explica esta venta de acciones masiva la tarde del 6 que se produce antes
del anuncio de la venta exprés del banco?
15. El día 12 de junio el ministro de Economía De Guindos
admite que las administraciones públicas retiraron depósitos del Popular
durante el proceso de huida de depósitos. Cabe destacar que a pesar de ser
solvente ninguna autoridad pública, ni De Guindos, ni Linde salen en defensa
del Popular ni tratan de tranquilizar a los mercados en el mes de mayo. ¿Por
qué las autoridades españolas no protegieron a un banco solvente ante una
dinámica bajista que, en principio, no guardaba relación con sus fundamentales?
¿Por qué los supervisores no tomaron ninguna medida contra las posiciones
bajistas en la bolsa que atacaban la acción del Popular durante las últimas
semanas de crisis, como sí se haría con Liberbank a partir del día 12 de junio,
una vez vendido el Popular?
16. Como se decía, es importante recalcar que hasta abril no
se habían producido salidas significativas de depósitos de la entidad. A marzo
de este año Popular tenía 77.000 millones. La huida de depósitos que acabaría
con el Popular fue de 18.000 (23% del total de marzo). En los últimos dos días
la salida fue de 5.000 millones, por lo que para el viernes 3, la salida de
depósitos ya había llegado a 17% del total. La magnitud de las cifras llama la
atención. Son demasiado grandes como para que ni el Banco de España ni el BCE
no se movilizaran antes. Tampoco sabemos cuáles fueron las cantidades retiradas
por el sector público durante estos últimos días en los que según las
autoridades una entidad solvente murió de un ataque al corazón por falta de
liquidez. ¿Actuaron los entes públicos que retiraron su dinero de Popular sobre
la base de información confidencial? Y si este fue el caso, ¿es este realmente
el factor clave que llevo al colapso del banco ante la falta de liquidez?
17. La resolución llevada a cabo por el Mecanismo Único de Resolución bancaria de la
zona euro y las autoridades españolas supuso la amortización total de 6.000
millones de euros en acciones y 2.000 millones en bonos convertibles,
preferentes y subordinados en el proceso de venta al Banco Santander. ¿Por qué
no se cerró la cotización el día 3 evitando mayores pérdidas a los accionistas
y bonistas, pudiendo así realizar el proceso de liquidación y venta con un
concurso competitivo más transparente y dilatado, iniciándose éste durante el fin
de semana? ¿Por qué no se llevó a cabo un proceso de concurso de acreedores que
respetara el principio regulatorio de Basilea III de “ningún acreedor puede
acabar peor que en una liquidación”?
Los responsables políticos, los supervisores y los agentes privados
que han participado en este proceso deben responder a todas estas preguntas
para disipar las sospechas de que la caída del Popular pueda estar envuelta,
como el caso Bankia, de fraude y posible corrupción política. Además deberán
dar respuesta al acuciante problema de la concentración bancaria en el sistema
crediticio español, en el que los cinco mayores bancos controlan ya el 72% de
la cuota de mercado. La estructura oligopólica que emerge genera una
disminución de la competencia que puede encarecer y dificultar el acceso al
crédito a empresas y hogares, creando problemas de eficiencia en la asignación
del capital en la economía que dificulten el desarrollo económico y aumenten la
desigualdad, así como peligro de mayor captura de las instituciones políticas y
culturales por parte de estos grandes bancos.
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