Por Joaquín Gil/José
María Irujo
El País,
10/11/2017.
La Banca Privada d’Andorra (BPA) obvió los protocolos de
prevención de blanqueo para permitir que decenas de sus clientes cobraran
millonarias comisiones ilegales de Odebrecht, el gigante brasileño de la
construcción que ha protagonizado la mayor trama de sobornos de América.
La entidad andorrana permitió que altos funcionarios,
políticos y cargos de la administración de ocho países de Latinoamérica
recibieran transferencias millonarias de Odebrecht “pese a los indicios que
desaconsejaban estas transacciones o la falta de soportes justificativos”,
según un informe confidencial de la Policía de Andorra al que ha tenido acceso
EL PAÍS.
El documento, fechado el pasado 11 de abril, forma parte de
la investigación de la juez andorrana Canòlich Mingorance, que rastrea 200
millones de dólares (173 millones de euros) en sobornos a 145 clientes de este
banco.
Los investigadores sostienen que, cuando la macrotrama
afloró en junio de 2015, la entidad permitió que los clientes vinculados a la
contratista “retiraran sus fondos”.
La BPA “no denunció” y “enterró el tema”, según un informe
que atribuye al banco “obviar parámetros importantes y de seguridad por lo que
respecta a la procedencia del dinero”.
La Policía se muestra así de tajante tras examinar decenas
de actas confidenciales del departamento de compliance (cumplimiento), la
unidad de la BPA dedicada a prevenir el blanqueo. Y concluye que solo a partir
de 2013, la entidad extremó las cautelas sobre las operaciones controvertidas
vinculadas a Odebrecht.
El banco aprobó antes de 2013 transferencias de la
contratista a clientes que debieron estar bajo vigilancia por su nexo con la
adjudicación de obra pública, principal fuente de ingresos de Odebrecht. Es el
caso de los 780.000 dólares (660.000 euros) que recibió en Andorra desde
cuentas pantalla de la constructora Juan Carlos Zevallos Ugarte, exdirector del
Ositram, un organismo público que gestionó en Perú la carretera Interoceánica,
una obra que ejecutó Odebrecht de más de 1.400 millones de dólares (1.184 de
euros).
La Policía resalta que la firma brasileña contactó con la BPA
a través del antiguo responsable del banco en Uruguay Andrés Norberto
Sanguinetti Barros, alias Betingo. “La BPA actuó deslumbrada por tener como
cliente a una de las principales empresas de Latinoamérica”, precisan los
investigadores.
Betingo colaboró presuntamente en la madeja societaria que
tejió la mayor contratista de Latinoamérica para abonar sobornos sin dejar
rastro. “Todos los clientes estudiados y/o investigados fueron llevados a la
entidad bancaria por este empleado [Betingo]”, afirma la Policía, que acusa a
Sanguinetti Barros de “participar en la apertura de las cuentas facilitando la
entrada en la entidad de los investigados, gestionando sus recursos y la tramitación
de los fondos….[...]". Y resume: "Creemos que [Betingo] era perfecto
conocedor de las operaciones”.
El exabogado de Odebrecht detenido en Madrid en 2016,
Rodrigo Tacla, también apuntó a Betingo en su declaración ante la Fiscalía
Anticorrupción española al relacionarle con el pago de una comisión de un
millón de dólares (863.000 euros) al exministro de Electricidad de Ecuador
Alecksey Mosquera.
Las autoridades uruguayas arrestaron el pasado agosto a
Betingo. Y la juez Mingorance reclamó su extradición para desgranar su papel en
la alambicada arquitectura de blanqueo.
También han puesto el foco los investigadores en la
exdirectora de la filial del banco andorrano BPA Serveis, Cristina Lozano.
Atribuyen a esta directiva la creación de empresas panameñas que se colocaron
después en las cuentas andorranas para enmascarar a los verdaderos
beneficiarios. “Odebrecht recurrió a BPA Serveis para pagar comisiones en B o,
mejor dicho, en negro”.
Lozano figuró también como representante de Lodore, una
fundación utilizada por Odebrecht para ocultar la trastienda de la compra de la
petroquímica Quattor-Unipar. El gigante brasileño y Petrobras desembolsaron en
2010 en esta operación más de 500 millones de dólares (425 millones de euros).
“Tanto Norberto Sanguinetti como Cristina Lozano tuvieron
una colaboración capital y participaron plenamente en la logística, formulación
y construcción de los entramados societarios para operaciones triangulares en
beneficio de Odebrecht a través de BPA”, concluyen los agentes, que precisan
que ambos no tenían poder jerárquico y señalan, además, a tres de sus
superiores.
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